La realidad parece ser pasiva e inexpresiva en determinados momentos, lo realmente impresionante permanece dormido en nosotros mismos, una utopia, que puede despertar en cada trago, en cada pequeño sorbo incosciente del mundo, de un mundo que nos rodea, quizas aleatoriamente, quizas creado por nosotros, determinamos el final de un camino, de un camino que, predestinado o no, nos marca un rumbo a seguir, una direccion que nos lleva a una decisión con un principio y un nuevo final, una puerta que reza: olvido, es nuestro cruel billete para un tren, en el que desgraciadamente, no nos queda otra opcion que la de subirnos.
Lamentablemente, quedarse parado viendo como el mundo gira es un error,un error excesivamente caro, del cual se ha de ser rescadado para poder avanzar y para poder girar en una nueva orbita sumamente desconocida, permitir una vez más, que el fuego de nuestro interior, se consuma, no es más que la llama de la vida, renacer, dejando atras, demasiadas cenizas, que representan, un valor que hoy, ya es, inimaginable.
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